El
dolor abdominal crónico infantil
Dr. Mario G, Maldonado,
M.D., M.Sc., DESS.
Especialista en medicina del dolor y psiquiatría transcultural
El dolor de barriga de
larga duración constante o intermitente es muy frecuente en la
infancia. Sin embargo, es un dolor ambiguo poco comprendido por el
público y por los médicos, incluso por los médicos especialistas
de la infancia.
Un reciente sondeo
realizado por la Academia Americana de Pediatría con 300 pediatras
generales, demostró que un 16% de entre ellos pensaba que el dolor
abdominal crónico infantil es un diagnóstico irreal. Solamente 11%
de los pediatras conocía claramente los criterios para diagnosticar
esta enfermedad.
La frecuencia exacta de
la enfermedad no se conoce, pero se estima que afecta al 4% de los
pacientes que visitan a un pediatra. Otros estiman que de 13% a 17%
de los estudiantes de colegio sufren de dolores abdominales
semanales.
El impacto a largo plazo
del dolor abdominal crónico es grande. Por ejemplo, debido al
desconocimiento generalizado sobre este tipo de dolor, los
tratamientos son largos, frustrantes, y resultan muy costosos.
Recientes
investigaciones científicas sobre esta enfermedad indican que los
adultos con una historia de dolor abdominal crónico durante la
infancia pueden sufrir más tarde de enfermedades psiquiátricas y
de migraña. Por esta razón, es apropiado controlar el dolor
crónico abdominal prontamente.
¿Cómo se identifica
este dolor?
El Subcomité para el
dolor abdominal crónico de la Academia Americana de Pediatría
propuso hace poco la siguiente definición: un dolor de la región
abdominal de larga duración constante o intermitente causado por
problemas orgánicos o no-orgánicos.
Si el dolor abdominal
persiste por más de un mes, ya es considerado dolor abdominal
crónico.
Es sorprendente que
solamente una minoría de niños o niñas enfermas tiene un daño o
enfermedad orgánica. La mayoría de los pacientes sufre de dolor
abdominal sin daño o enfermedad orgánica del abdomen
(inflamación, infección, malformaciones, tumores, etc.); en este
caso se dice que el dolor es "funcional." Por esta razón
la mayoría de los dolores abdominales crónicos son funcionales.
La biología del
dolor
En el dolor abdominal
crónico de la infancia el dolor no es causado por daños de los
órganos del abdomen, sino por malfuncionamiento del sistema
nervioso digestivo y del cerebro.
La inflamación de los
intestinos por infecciones, alergias, etc., puede aumentar la
sensibilidad de los órganos y estructuras abdominales (ésta en
medicina se conoce como hiperalgesia visceral).
La hiperalgesia se
entiende mejor si la comparamos a una quemadura de la piel. La zona
quemada se queda muy sensible por muchos minutos u horas después de
la quemadura. En estas condiciones, tocar la región quemada con un
algodón produce un dolor intenso; recuerde que tocar la piel con un
algodón, normalmente no causa dolor.
Parece que la misma
sensibilización ocurre en los nervios del abdomen, de la columna
vertebral y en el cerebro.
De esta manera, la
sensibilización de los órganos que se encuentran en el abdomen
producirá ahora dolor muy fácilmente, incluso por razones que
normalmente no producen dolor abdominal.
El daño no está
necesariamente en el abdomen, sino más bien en los nervios que
llegan a la región abdominal, en la columna vertebral, o en el
cerebro.
Tipos de dolor
crónico abdominal
Se han determinado
cuatro dolores abdominales crónicos que son:
-
Dolor abdominal
funcional.
-
Dispepsia funcional.
-
Síndrome de colon
irritable.
-
Migraña abdominal.
-
El síndrome de
dolor abdominal funcional
Síntomas de alarma
Su médico especialista
del dolor deberá tomar precauciones especiales si el o la paciente
infante presenta síntomas llamados de alarma. Éstos son:
Solamente en estos casos
se recomienda hacer exámenes de laboratorio especializados y otros
tests clínicos necesarios.
El tratamiento
El tratamiento
recomendado para esta enfermedad es multifacético y debe ser
individualizado.
Un buen plan
terapéutico incluye considerar los factores psicológicos que
influyen en la enfermedad; los medicamentos que controlen los
síntomas; el uso de medicamentos psiquiátricos bien calibrados, la
psicoterapia cognitiva, y la educación de la familia sobre el
origen nervioso del dolor crónico abdominal.
No hay evidencias
científicas de que la cirugía sea de alguna ayuda en esta
enfermedad. El objetivo de la terapia no es necesariamente eliminar
el dolor, sino más bien disminuirlo, con el fin de permitir al
paciente tener una calidad de vida aceptable. Un buen tratamiento no
solamente mejorará la vida y el rendimiento global del paciente,
mejorará también el bienestar de la familia.
El dolor abdominal
crónico de la infancia, causa grandes sufrimientos al infante y
angustias intensas prolongadas al padre y la madre.
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