Síntomas
El dolor severo es un síntoma muy frecuente, más frecuente de lo que
incluso la mayoría de médicos creen. Un reciente estudio americano,
publicado en enero del 2008 en la revista Annals of Internal Medicine,
descubrió que los pacientes con anemia drepanocítica sufrían de dolor
con más frecuencia, y tenían dolor de mayor severidad de lo que antes se
creía o conocía.
La infección es otro síntoma
importante. En los niños menores de tres años, es la causa más frecuente
de muerte.
La falta de oxígeno produce
daño físico de los órganos afectados, a este daño se lo conoce como
infarto. Los partes del cuerpo afectadas con mayor frecuencia son: el
bazo, los pulmones, las caderas, los hombros, las vértebras, el cerebro,
los ojos (ceguera). El infarto de estos órganos puede llevar a su muerte
y destrucción. Por ejemplo el infarto de los huesos de las vértebras
puede causar fracturas y en consecuencia dolor severo y crónico de la
espalda. Los daños repetidos del cerebro parecen causar una
disminución importante del rendimiento escolar en los niños y
adolescentes. Los daños repetidos de órganos vitales acaban por
producir una discapacidad y una
disminución importante de la esperanza de vida en los pacientes afectados
por la anémia drpanocítica.
Características del dolor
El dolor presente en la anemia drepanocítica es muy variable de
paciente a paciente. Aproximadamente 30% de las personas con esta
enfermedad nunca o raramente tiene dolor. Un 50 % sufre de algunos
episodios por año, y un 20 % tienen dolores frecuentes extremadamente
severos.
Duración y severidad.
Un episodio de dolor severo que requiere hospitalización dura entre 3 a 7
días. ¡Mientras que los episodios que se alivian en la casa pueden durar
entre algunas horas hasta varias semanas! En otros casos, especialmente
durante la adolescencia y edad adulta, el dolor puede ser diario con
aumentos en su intensidad. En la misma persona, un episodio de dolor puede
ser moderado, y después ser severo. Los pacientes con esta enfermedad y que
han recibido una cirugía reportan que el dolor postoperatorio es menos
severo que el de la anemia drepanocítica. Recuerde que el dolor, puede
aparecer en cualquier parte del cuerpo. Depende de la región en donde los
glóbulos rojos están impidiendo el flujo normal de la sangre.
Factores desencadenantes
Varios factores pueden desencadenar un episodio doloroso, aunque no de
manera constante:
-
Infecciones (se recomienda
prevenir las infecciones bacterianas o virales mediante el uso de
vacunas (contra la influenza, meningitis, neumonía, etc.)
-
Deshidratación (no
exponerse a altas temperaturas del verano)
-
Fatiga (jugar haciendo
esfuerzo físico moderado)
-
Hipoxemia (evitar subir
montañas, sitios donde hay poco oxígeno, o aviones no presurizados)
-
Ejercicio intenso (evitar llegar al agotamiento físico)
-
El frío (evitar nadar en
agua fría, ponerse un sweater cuando entre en un edificio con aire
acondicionado, abrigarse bien en el invierno)
-
Stress (aprenda métodos
de relajación, consulte un psicólogo)
-
Menstruación
-
Embarazo
-
Humo de cigarrillos
(exponerse al humo del tabaco aumenta el riesgo de una crisis de
dolor)
Manejo del dolor en la casa
Generalmente un episodio de dolor
severo (crisis de dolor) debido a la anemia drepanocítica es tratado en
un hospital. Sin embargo, casi toda persona con esta
enfermedad aprende (idealmente debería aprender) a manejar su dolor sin ir a un hospital o visitar un médico. Se calcula
que 90% de los episodios dolorosos durante la infancia y 60% durante la
vida adulta pueden ser manejados en el hogar si la o el paciente, y la
familia tienen acceso a analgésicos de acción débil (como el
acetaminofen) o analgésicos potentes (como la codeína o el tramadol), y reciben buena orientación
médica. Algunas personas tratan con éxito en la casa incluso episodios de dolor
severo. Por esta razón se recomienda preparar un plan de manejo del dolor
con su médico, de preferencia su médico especialista en medicina del
dolor. Infórmese sobre los analgésicos a tomar, o sobre los que está
tomando. Éstos deben ser apropiados a su edad, peso, sexo, e incluso su
etnicidad. Su plan de manejo del dolor debe incluir cambios de estilo de
vida y medidas preventivas de las infecciones.
El uso prolongado de
analgésicos potentes puede causar adicción cuando son mal usados.
Estos medicamentos son temidos por los pacientes y algunos médicos.
La reciente investigación científica sobre el tema, señala que el uso
de analgésicos potentes no causa adicción en pacientes que sufren de
dolor severo crónico. En consecuencia, el uso repetido de estas medicinas
durante los episodios dolorosos en pacientes con anemia drepanocítica no
debería causar temor. Pero el miedo a la adición en los pacientes
y especialmente en los médicos es un factor que aumenta el dolor
innecesario y la negligencia médica.
Se conoce muy poco sobre el
dolor asociado a la anemia drepanocítica. Incluso su médico general o
hematólogo puede haber recibido poco o ningún entrenamiento profesional
para manejar este tipo de dolor. Los investigadores del dolor apenas
comienzan a interesarse en el tema. Como ejemplo, la revista Blood, de la
Asociación Americana de Hematología, ha publicado solamente un artículo
sobre el tratamiento del dolor desde 1981 a 1990, y solamente 5 desde
1991 al 2000.
Combatiendo la negligencia
médica
Es muy importante y humano que los médicos no ignoren el dolor de los
pacientes con anemia drepanocítica. Éste dolor debe ser tratado
seriamente como el dolor canceroso. Los pacientes que la sufren deberían
exigir de los centros de salud un tratamiento apropiado del dolor. La
negligencia, no sólo resulta en un sufrimiento innecesario, sino en
complicaciones severas como el desarrollo de dolor crónico severo (dolor
neuropático), alcoholismo, suicidio, abuso de drogas y otras enfermedades
mentales tales como el trastorno de depresión, trastorno ansioso
generalizado, síndrome de stress post traumático, entre otros.
La participación activa de
los y las pacientes, el respeto de sus derechos (vea derechos
del paciente con dolor), la acción social (participando en
organizaciones únicas como el FUNDREPA),
la sensibilidad de los médicos, es esencial para obtener un buen manejo
del dolor y combatir la negligencia generalizada del dolor asociado a la
anemia drepanocítica.
Para ver más tipos de dolor
haga click AQUI
Lea abajo una historia
personal de una mujer con dolor asociado a la anemia drepanocítica.
Historia de un Caso
María Fernanda
Cabalceta Valerín de 30 años de
edad, nació en San José, Costa Rica. Sus padres son de Guanacaste, una
de las provincias más afectadas por la anemia drepanocítica. María
Fernanda tuvo su primera crisis dolorosa al cumplir 18 meses de edad.
Según relata su madre, la niña presentó un cuadro de gripe que en pocas
horas se complicó con síntomas pulmonares parecidos a la neumonía y un
dolor severo en el pecho. Esta complicación casi la mata.
La primera crisis de dolor que
María Fernanda recuerda ocurre a los 7 años. Fue un intenso dolor en los
huesos de la cabeza; acompañado de un profuso sangrado nasal. "Tanto
me dolía que el movimiento del cabello lo sentía como agujas que me
punzaban el cráneo" comenta. Durante su infancia, un simple golpe
durante un juego o la simple torcedura de un tobillo le causaba un dolor
incontrolable. Estos episodios de dolor aparecían a repetición, nunca
desaparecieron en su vida.
Cuando el dolor severo la
obligaba a ir al hospital, incluso las enfermeras no creían en la
intensidad del dolor. Simplemente creían imposible que la niña no pueda
voltearse en la cama, ponerse de pie o llevarse una cuchara a la boca.
Incluso en su casa, sus familiares, incapaces de comprender la fatiga (causada
por la anemia grave) la tildaban de haragana e inútil.
En la escuela sus maestras, ignorando el dolor de la anemia
drepanocítica, le exigían a integrarse en las actividades de educación
física.
Hoy, María Fernanda se siente
incomprendida por los profesionales de la salud, e incluso por sus
familiares. Ella es vista como una persona que exagera su dolor, que se
lamenta constantemente, e incluso los médicos la ven como una adicta a
los analgésicos. Ella aprendió a automedicarse analgésicos potentes,
para disminuir su dolor y evitar la crítica de sus médicos. Hace
poco pensó en suicidarse porque "es mejor estar muerta que vivir de
esta manera." Después de un tratamiento psiquiátrico exitoso, ahora
María Fernanda desea luchar por llevar a otros el aliento y el consuelo
que ella necesitó por tantos años.
Reconocimientos:
Mi agradecimiento a Marianella Orozco, fundadora de la Fundación para la
Investigación y Apoyo al Paciente con Drepanocitosis (FUNDREPA). Su
profunda motivación por ayudar a los pacientes que sufren de
drepanocitosis influyó a que escribiera este artículo. Marianella
también me proporcionó un texto con la historia conmovedora de María
Fernanda.
Para ver más tipos de dolor
haga click AQUI